El Universo es nuestro Señor
nuestro Padre Creador
Despierta, hermano, no hay muerte que te acabe
Hermana, ninguna expulsión es tu culpa, nada lo es
Mírate, creatura sagrada
Rebosante primavera, renace
para todas las vidas que vienen
y que no vuelva a extraviarte una amnesia tan anónima
El drama es sólo tuyo
la existencia no es broma cruel
Sólo has olvidado tu poder
no te tienes fe y no ves
que las cosas van tan bien
Dios, Madre de todos los vientos
Los que disipan tus dudas
cuando la claridad suya apareció de repente
Los que mueven tus cabellos y las nubes
y los bellos compases de las hojas de todos los árboles
del Universo entero en movimiento constante
Sueño humano en dinámicos puentes
Confía en tu voluntad, sabes qué hacer
Cejan los caballos tristes
que en sus jaulas sollozan sombríos de las barras
revistiendo lo externo de la caja
con algo que parezca porcelana
Rielan tus poros, Zafiro fulgente
Raído el relicario, no el retrato
Luz de luna (dime si azul
si violeta, si...) bañó tu rostro
y estuvo bien, confortó la ausencia fría
Pero ocultó tu Templo de Día
Luz desnuda goza el Amanecer
La armadura vuelve tan frágil
la carne, la mente; el espíritu se duerme
tras metálicas cortinas, en oscuridad
Medallón de Verdad, une las partes dispersas
porque esta vida ríe de la ilusión
Afluyen los ríos al mar, se ha dicho
Ahora despertó la realidad
nos tendemos en el sueño a disfrutar
la manifestación de nuestros deseos de Paz
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